• 20/05/2023

Controles y regulaciones: “Apagar el fuego con nafta”

Controles y regulaciones: “Apagar el fuego con nafta”

POR MARCELO DELGADO

Economista

La organización social requiere de reglas que favorecen la convivencia y preservan el respeto por cada uno. Las leyes son un claro ejemplo, pero también existen otras reglas, como las morales, los buenos modales, los usos y costumbres; entre otras; que facilitan la vida comunitaria.

En el deporte, tránsito, espectáculos públicos, templos, entre otras, hay reglas formales y escritas y también otras que hacen a que todos puedan disfrutar con alegría y paz la actividad. Pero cuando las reglas, los controles y las regulaciones, comienzan a ser las protagonistas, terminan por complicarle la vida a los actores y espectadores.

El VAR, en el futbol, sumado a los árbitros del banco, los controladores de cada facción, terminando complicando, enfriando y desnaturalizando el espectáculo. No estoy en contra del VAR, pero en muchos casos aporta más confusiones que certezas, por un uso inadecuado de la herramienta. En el tránsito, ocurre algo parecido cuando en plena avenida circunvalación, se corta media calzada para un control vehicular. Es importante el caos que genera riesgo de accidentes y limita los beneficios de ser una vía rápida, cuando podría controlarse en los accesos. El Estado genera una serie de controles para evitar el fraude y terminando facilitando la corrupción para salvar los controles, que justamente, intentan prevenir. Así tenemos un sinnúmero de ejemplos donde los controles y las regulaciones, terminando complicando y desnaturalizando; el objetivo de cuidar y reglar.

La economía no es la excepción a este principio general. Cuando los controles son excesivos y burocráticos cuando crece la discrecionalidad en la aplicación de las reglas; es mayor el daño, que la solución, o como decía mi papá: “es peor el remedio que la enfermedad”.

En estos días el Banco Central y el Ministerio de Economía de la Nación han establecido nuevos controles, regulaciones y estrategias gendarmes; para el control de cambios, valor del dólar y precios de los mercados, en especial, el de alimentos.

Nuevamente, y por enésima vez, el camino elegido es equivocado. La primera consecuencia será la falta de oferta, lo que presiona todavía mucho mִás aún, sobre los precios. La segunda, es que aparecen nuevos incentivos para los mercados informales, subrepticios, y paralelos. Finalmente retrae y desalienta, cualquier intención destinada a la inversión, fortaleciendo la especulación.

Así las cosas, parece que todos queremos algo distinto, nuevo, diferente, mejor; pero seguimos con las mismas conductas, recetas y estrategias que desde hace años, pretendemos superar. Con estas medidas no habrá cambio, sino que seguiremos retrocediendo sobre nuestros pasos.

Esas decisiones no solo son responsabilidad del Gobierno Nacional. Los gremios no tienen en sus agendas alternativas a la obsoleta ley laboral. Los empresarios solo esperan ayudas, y alivios fiscales. Los actores sociales relevantes tienen toneladas de críticas pero escasas propuestas, parciales y fragmentadas. Necesitamos urgente un gran pacto social a la altura de los acuerdos preconstitucionales para poner proa a un camino que no sólo signifique sacrificios, sino que conduzca al destino que Argentina merece y puede alcanzar.