• 05/11/2022

La economía al ritmo del tango,la samba y la bossa-nova

La economía al ritmo del tango,la samba y la bossa-nova

Por Marcelo Delgado. Economista

El domingo pasado, en un ajustadísimo ballotage, Lula Da Silva se coronó como nuevo presidente de Brasil, en lo que será su tercer mandato. Su rival, Jair Bolsonaro, no ha reconocido la derrota, y a casi una semana de la contienda, Brasil se encuentra entre cortes de rutas, brechas inmensas, y gran incertidumbre, sobre su futuro.

Así las cosas, parece que el cono sur, ha girado hacia la centro izquierda. Los gobiernos de centro derecha, aún con recetas moderadas y mecanismos de contención social no logran sostener el poder, pero al mismo tiempo, profundizan las brechas sociales y los enfrentamientos sectoriales.

No obstante, las posiciones de las izquierdas son cada vez más moderadas y van comprendiendo los roles del mercado, y los márgenes de maniobra de los Estados. Lula tendrá un país económicamente más ordenado, que el que entregó, pero socialmente, fragmentado.

Con 215 millones de habitantes, Brasil es una de las potencias mundiales, que las grandes economías, procuran de aliado. El presidente chino, Xi Jimping rápido de reflejos, fue uno de los primeros que llamo al flamante ganador, para manifestarle su apoyo y renovar intenciones de nuevos vínculos comerciales, en un mundo cada vez más global.

En el año 2019, el Mercosur, luego de 20 años de gestiones, celebró un acuerdo de libre comercio, con la Unión europea, que al día de la fecha no ha tenido una letra de implementación. En gran parte, porque Bolsonaro le bajó el precio al Mercado Común del Sur, y prefirió las relaciones bilaterales.
Brasil es el principal socio comercial de la Argentina desde 1991, cuando se creó el Mercosur. Los flujos comerciales entre los países, significan algo más de 20 mil millones de dólares anuales, y esta cifra podría crecer aún mucho más, incluyendo la Unión europea.

Argentina y Brasil, tienen en sus manos una oportunidad histórica, de fortalecer sus vínculos, consolidar el Mercado Común de Sur, establecer acuerdos especiales con China y Estados Unidos, y poner en marcha la zona de libre comercio con el continente europeo.

Los tratados internacionales ya no se agotan en acuerdos arancelarios y tarifarios, sino que incluyen el desarrollo de inversiones, armonización de políticas económicas y fiscales, regulaciones e incentivos ambientales, integración de políticas sociales y protecciones políticas en foros internacionales; entre otras.

Ha llegado la hora, de bailar al mismo ritmo, y fusionar los estilos, para impulsar un desarrollo sostenido de América Latina consolidar los mercados de cercanía, integrar las estructuras productivas y de investigación, coordinar políticas energéticas y promover la soberanía alimentaria de la región.

¿Los candidatos a la presidencia, tendrán este tema en sus agendas? ¿O seguirán alimentando la brecha?