• 29/10/2022

La defensa corporativa de los bolsillos

La defensa corporativa de los bolsillos

Por Juan Carlos Bataller Plana

Hay pocas cosas que unan más a un sector que la defensa corporativa de sus propios bolsillos. El Ejecutivo Nacional buscaba que los funcionarios judiciales pagaran ganancias, al igual que pagan los demás argentinos que ganan una cifra superior a los 330 mil pesos. Y salieron los judiciales a protestar y mover influencias a tal punto que debieron archivar la idea.

Es llamativo que afirmen que un juez es independiente porque no paga ganancias. Lo lógico es que un juez actúe con independencia por su integridad como persona, no por lo que gana. Con ese fundamento, es más independiente un juez federal porque gana más que un juez de una provincia. Es menos permeable al poder un cortista que un juez de Paz porque duplica su sueldo.

La intangibilidad de los salarios de los magistrados tuvo su razón de ser en que, en un país con tanta preponderancia del Poder Ejecutivo, se utilizara como herramienta de presión y correctivo la decisión de bajarle los sueldos a los jueces. Lo que es dudoso es decir que el impuesto a las ganancias que paga cualquier argentino tenga que ver con la intangibilidad de los salarios. Diferente sería la situación si se buscara que sólo los jueces pagaran un determinado impuesto.

Ante esta situación, los jueces salieron a expresarse con mucha dureza que es inconstitucional que se considere como ganancias un salario. Y en el fondo, es cierto, pero es inconstitucional para los jueces y para todos los demás sectores. Lo que le saca peso a la postura judicial es que se preocupa de declarar la inconstitucionalidad sobre sus salarios, pero no de otros trabajadores. Pasa lo mismo con la jubilación, a ellos le corresponde un 82% y al resto de los mortales, con suerte llega al 50%. Y la antigüedad desde que se reciben sólo es un beneficio judicial.

El mayor daño que logra la inequidad es que un país termina teniendo habitantes de primera, de segunda, de tercera, etcétera. Por algo un alto porcentaje de abogados e incluso de estudiantes de abogacía tienen como principal objetivo entrar a la justicia. Y el motivo no es la vocación por lo público, es por la situación privilegiada en relación a condiciones laborales y salariales. Cuando los hijos de un empresario miran con desdén lo privado y sueñan con ser burócratas, es un indicio malo para cualquier país. En todo el mundo, sigue siendo el privado quien genera la riqueza para mantener todo lo público.

Las defensas corporativas hacen que se decreten paros de colectivos hasta que el Gobierno Nacional aumente los fondos destinados a las empresas. Que los camioneros pidan un incremento del 130% y amenacen con parar al país. Y cada sector que pueda demostrar fuerza y poder de daño buscará hacer valer sus derechos. Y si se ve cada caso particular, quizás puedan tener todos razón.

El problema es que así no se hace un país con futuro…