- 12/08/2023
José de San Martín, el héroe y el hombre

El 17 de agosto de 1850, muy lejos de su patria,murió José Francisco de San Martín.
Es uno de los mayores próceres de esta nación, aunque casi no vivió en ella.
Como otros que construyeron la Argentina, fue duramente criticado en su época y terminó sus días en el exilio.
Las decisiones que tomó en su vida revelan a un hombre de grandes virtudes. Su actuación militar lo coloca entre los más grandes estrategas del mundo. Esos valores,reconocidos con el tiempo, motivan que no haya ciudad o pueblo en Argentina que no tenga una plaza, un club o una calle con el nombre de San Martín. En todas ellas, el 17 de agosto se recuerda al “Libertador”.
Donde nació
José de San Martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778. En ese entonces el lugar era una simple reducción de indios fundada por la Compañía de Jesús.
Hoy Yapeyú es uno de los municipios del Departamento San Martín, en la provincia de Corrientes. Tiene 2.000 habitantes.
Padres y hermanos
Sus padres fueron Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras. Ambos eran españoles y vivían en Buenos Aires. Se casaron en 1770, cuando Don Juan, militar, fue destinado a las Misiones. En 1774 fue nombrado gobernador del Departamento de Yapeyú, donde fijaron su residencia.
Tuvieron cinco hijos: María Helena, Manuel Tadeo, Juan Fermín, Justo Rufino y José Francisco.
A Buenos Aires y España
En 1781 Don Juan de San Martín fue trasladado a Buenos Aires y allí fue con su familia. En 1785, por orden del rey, debió instalarse en Málaga, España.
El sueldo era escaso. Por ello, los hermanos mayores entraron en la milicia. José, que tenía 7 años, entró en el Seminario de Nobles de Madrid, donde completó los estudios primarios.
A los 11 años solicitó entrar como cadete en el Regimiento de Murcia.
Fue admitido el 9 de julio de 1789. Eran los días de la Revolución Francesa.
¿Por qué vino?
En 1811, San Martín decidió regresar a América, ponerse a las órdenes del gobierno patriota de Buenos Aires y luchar por la emancipación.
En España se había relacionado con otros jóvenes americanos, contagiados por el espíritu revolucionario que se extendía en Europa, con la formación de juntas populares ante la invasión napoleónica.
El enciclopedismo francés y el liberalismo británico, crearon un nuevo espíritu y las asociaciones secretas se multiplicaron. En Londres, Francisco de Miranda, natural de Caracas, formó un centro que se llamó la “Gran Reunión Americana”. San Martín participó de sus reuniones en Cádiz, donde, como él mismo escribió después, “resolvimos regresar cada uno al país de su nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha que calculábamos se había de empeñar”.
Pasaporte inglés
No era fácil para un militar en servicio del rango de San Martín, salir de España rumbo a América sin despertar suspicacias. Con ayuda de un amigo relacionado con la diplomacia inglesa, consiguió un pasaporte inglés. Se embarcó hacia Londres, el 14 de septiembre de 1811, llevando sólo los documentos que acreditaban su carrera militar y su graduación, únicos bienes que poseía.
En Londres, se alojó en la casa de Francisco de Miranda. Allí se reunió con otros jóvenes argentinos con los que en enero de 1812 se embarcó en la fragata inglesa George Canning.
En la mañana del 9 de marzo de 1812 San Martín volvió a pisar tierra americana.
Sospechoso
El arribo de San Martín con sus compañeros fue anunciado en Buenos Aires por la Gaceta Ministerial. Se sospechaba que fuesen espías, puesto que habían servido poco antes en el ejército español. Las dudas eran mayores en el caso de San Martín, forastero en su patria, sin familia, sin fama ni fortuna.
La Logia Lautaro
En Buenos Aires y junto con Carlos Alvear, San Martín fundó a mediados de 1812 una filial de la Logia de los Caballeros Racionales, que rebautizó con el nombre de Logia Lautaro. El nombre fue tomado de un cacique araucano que se sublevó contra los españoles.
La idea de fundar una logia patriótica en Buenos Aires era uno de los propósitos que traían desde Europa.
Se proponían organizar la opinión pública, fortalecer la autoridad, disciplinar la milicia, propagar la revolución y definir los propósitos democráticos de la emancipación americana.
La logia no dependía de otras asociaciones secretas políticas, aunque tomó de la masonería su disciplina, su misterio, su jerarquía y también algunos de sus símbolos.
Los Granaderos
Recién llegado, San Martín presentó a las autoridades su foja de servicios. La desconfianza de parte del Triunvirato demoró una semana el reconocimiento de su grado de teniente coronel de caballería.
Inmediatamente lo nombraron comandante del escuadrón que él había propuesto organizar: los Granaderos a Caballo.
Las hazañas
Liberar Chile
En enero de 1814 San Martín fue destinado a comandar el Ejército del Norte. En Tucumán, frente a una tropa vencida, reafirmó su idea de que ese no era el camino de la liberación. Después de insistir, fue designado gobernador intendente de Cuyo, preparó su ejército y en enero de 1817 cruzó la Cordillera. El Ejército de Los Andes venció a los realistas en la Batalla de Chacabuco, pero la lucha continuaría.
Los españoles vencieron en Cancha Rayada. Finalmente, el 5 de abril de 1818, las fuerzas patriotas, reorganizadas, vencieron definitivamente al ejército realista en Maipú.
El 12 de febrero de 1818, luego de una consulta popular, fue declarada la Independencia de Chile.
Desobediencia
En 1819 San Martín ultimaba en Chile los preparativos para partir a Perú. El gobierno de las Provincias Unidas ordenó que volviera con sus fuerzas y aplastara las montoneras del regionalismo de Santa Fe y Entre Ríos. San Martín y sus jefes decidieron no cumplir la orden. Se negaron a mezclarse en luchas internas y resolvieron resguardar el ejército para Perú. La desobediencia fue juzgada en Buenos Aires como una traición. Los unitarios, vencidos por el federalismo, no le perdonaron que les negara sus tropas. De todos modos, San Martín ordenó volver a Cuyo a algunos batallones, como el 1 de Cazadores que se sublevó en San Juan al mando de Mariano de Mendizábal, que derrocó al gobernador Ignacio de la Roza.

Liberación de Perú
El 20 de agosto de 1820 San Martín partió del puerto chileno de Valparaíso con el Ejército Libertador del Perú, con 4.000 hombres. Con tropas insuficientes, evitó el choque directo con los realistas y desplegó tácticas de desgaste. El 10 de julio de 1821, tras varios combates, entró en Lima y ocupó la ciudad. Después de confirmar que la población estaba de acuerdo, el 28 de julio proclamó la Independencia del Perú. Lo eligieron «Protector de la Libertad».
Con Bolívar en Guayaquil
San Martín sabía que a pesar de haber declarado la independencia, los realistas eran todavía poderosos en Perú y no podría vencerlos sólo con su ejército. Entonces, se entrevistó, el 26 de julio de 1822, en Guayaquil, con Simón Bolivar. No se conoce lo que se dijeron, pero sí los resultados: Bolívar aseguró su ayuda, pero no en cooperación con San Martín, a pesar de que el general argentino ofreció ponerse bajo sus órdenes. Sin revelar el secreto de la entrevista, San Martín renunció a todos sus cargos y regresó a Argentina.
Perseguido
A su regreso de Lima, San Martín quiso viajar inmediatamente desde Mendoza a Buenos Aires para ver a su mujer enferma. No pudo hacerlo; le avisaron que una partida armada enviada desde Buenos Aires lo apresaría en el camino.
Además de acusarlo por no haber intervenido con el Ejército de Los Andes en la lucha entre unitarios y federales, se decía que San Martín volvía para apoderarse del gobierno mediante un golpe militar, como otros generales sudamericanos.
Mientras permaneció en Mendoza fue vigilado, le interceptaban la correspondencia e introdujeron espías hasta en su propia servidumbre.
A fines de 1823 finalmente pudo viajar a Buenos Aires. Allí ya había muerto su esposa, a quien no veía hacía cuatro años.
EL CRUCE DE LA CORDILLERA
Una de las mayores hazañas
militares de la historia
>San Martín ideó un plan acabado hasta en los últimos detalles, que se desarrolló a la perfección entre el 18 de enero, fecha en que partieron las columnas hacia Chile, y el 12 de febrero, cuando venció a los realistas en Chacabuco.
>Seis eran las columnas que debían desplazarse simultáneamente
>Cada una de estas columnas cruzaría la cordillera por un camino distinto.
>Todas tenían distintos objetivos: una debía dirigir el ataque principal y otras tenían que tomar provincias enteras.
>Otras columnas cumplían la función de confundir al enemigo y obligarlo a dividir sus fuerzas.
>Sólo San Martín y sus colaboradores más íntimos conocían el plan. Las autoridades de la nación incluso desconocían la cantidad total de soldados.
La campaña libertadora
Eran tiempos difíciles. Entre 1814 y 1817 se definía el destino de esta Nación. Fernando VII había vuelto al poder y España intentaba recuperar sus colonias. Las Provincias Unidas estaban amenazadas por los ejércitos realistas que al norte ocupaban el Perú y por el oeste, Chile, país que habían reconquistado.
En agosto de 1814, José de San Martín había logrado que el Directorio lo designara como teniente gobernador de Cuyo. No había pedido el cargo por ambición política. Tenía un plan, que pocos conocían: cruzar la Cordillera de los Andes hacia Chile, vencer allí a los españoles y seguir camino por mar a Lima, centro de poder realista.
Cuyo fue, entre septiembre de 1814 y enero de 1817, el centro de sus preparativos para lo que sería una de las mayores hazañas militares de la historia.
A la espera de la Independencia
En 1816 San Martín tenía su ejército prácticamente listo para cruzar a Chile. Sólo esperaba el verano, que despejaría de nieve los pasos, y la independencia, que ese año se discutía en Tucumán.
No pudo apurar las estaciones del año, pero sí insistió ante varios congresales. De hecho, sólo seis meses pasaron desde el 9 de julio de 1816 y el día en que su ejército partió hacia Chile.
¿Por el norte o por el oeste?
No le fue fácil a San Martín convencer a Buenos Aires sobre las ventajas de su plan. Las autoridades nacionales insistían en atacar a los realistas por el norte, donde los ejércitos patriotas sumaban derrotas. Tuvo que hacer grandes esfuerzos para que aceptaran mantener allí sólo escuadrones defensivos y confiaran en él.
Obstáculos internos
En enero de 1815 Alvear, designado Director Supremo, dispone remover a San Martín de la gobernación de Cuyo. Esto produjo una reacción popular en Cuyo que lo obligó a volver atrás. Tres meses después caía el gobierno de Alvear.
La temida primavera del 16
En la primavera de 1816 parecía inminente una invasión realista a Cuyo. San Martín preparaba para ese verano el cruce con el ejército, pero el temor era que los españoles llegaran antes. En San Juan los pobladores cavaron trincheras en las esquinas de la ciudad.
Los que escapaban de Chile
Llevaba un mes San Martín en Mendoza cuando los patriotas chilenos fueron derrotados por los realistas en la batalla de Rancagua. Muchos chilenos huyeron por la cordillera para refugiarse en Cuyo. San Martín salió a encontrarlos en la montaña y les ofreció hospitalidad. Los que eran militares, entre ellos O´Higgins,
se integraron el ejército libertador.
Cuyo era un cuartel
San Martín concentró a la mayoría de sus fuerzas en el campamento de El Plumerillo, a 7 kilómetros de la ciudad de Mendoza. También montó cuarteles en San Juan, donde los conventos de San Agustín y de Santo Domingo sirvieron para alojamiento de las tropas hasta su partida.
Animales por miles
La expedición llevaba más de 10.000 mulas, 1.600 caballos para maniobrar en el llano y 600 reses para faenar en el camino. A lomo de mula cabalgaron San Martín y sus hombres. Otras mulas cargaban la munición o el alimento: harina de maíz tostado, charqui en rama y molido con grasa, vino y aguardiente.
Las columnas del Ejército de Los Andes
Partieron a mediados de enero de 1817 y demoraron aproximadamente 25 días en cruzar alturas superiores a los 4.000 metros. De las seis columnas, las dos principales por la cantidad de efectivos y armamentos, así como por las misiones que tenían que cumplir fueron las que avanzaron hacia Chile por el valle de Uspallata en Mendoza y por el valle de Los Patos Sur en San Juan. La de Los Patos Sur fue la columna principal, constituida por el grueso del Ejército de Los Andes. Al mando del general José de San Martín, unos 5.000 hombres marcharon, por el paso de Las Llaretas, hacia Chacabuco, donde se luchó la batalla definitiva, en febrero de 1817.
Comunicados
Durante el cruce, los mensajeros iban y venían por los desfiladeros de la cordillera día y noche. Nada escapaba al control de San Martín que, como lo indica la escuela napoleónica, comandaba su ejército desde atrás. En los ultimos días se adelantó, para estar al frente en Chacabuco, donde ya había previsto la batalla final.
Con la pluma también
La estrategia de San Martín no era sólo militar. También organizó formas de levantar al pueblo chileno. Entre los medios que usó se contaba una imprenta que llevó desde Mendoza para imprimir volantes que se distribuyeron en los poblados chilenos.
Un mapa en la cabeza
Un tiempo antes del cruce, San Martín envió a Chile al sargento mayor José Alvarez Condarco. A riesgo de su vida, fue por un paso y volvió por otro, con la orden de levantar un mapa que incluyera hasta la última piedra del camino. Tenía que guardarlo en su memoria, para volcarlo al papel recién al regresar.
Sorpresa y confusión
Sorprender y confundir al enemigo eran dos de los pilares de la estrategia sanmartiniana. Con esa finalidad, mantuvo un absoluto secreto sobre sus planes, al punto que los propios soldados debían creer que cada columna era la vanguardia del ejército.
Todos en tiempo
Todas las columnas debían hacer su recorrido y cumplir sus objetivos con un calendario muy riguroso. Los tiempos debían coincidir con la marcha del grueso del Ejército de los Andes que avanzaba por el camino de Los Patos.

San Martín en San Juan
San Martín visitó San Juan en dos oportunidades. La primera en mayo de 1815, con el propósito de diluir intentos autonomistas en la provincia. No hay datos sobre dónde se hospedó o si estuvo más de un día. Lo que se sabe es que sus gestiones demoraron la separación de San Juan de la provincia de Cuyo. En esa misma visita habría expresado su apoyo a la designación de José Ignacio de la Roza como teniente gobernador. El papel de De la Roza fue sumamente importante durante la preparación del Ejército de Los Andes. El fue “el hombre de San Martín en San Juan¨.
La segunda visita fue entre el 9 y el 27 de julio de 1815 y de esta sí hay registros puesto que San Martín se alojó en el Convento de Santo Domingo. El objetivo del viaje del jefe militar y gobernador de Cuyo era inspeccionar los pasos cordilleranos ante el peligro de una invasión realista desde Chile. Su presencia también ayudaba a generar apoyo popular a la causa libertadora.
El gobernador de Cuyo inspeccionó los pasos, reforzó las defensas, ordenó cavar trincheras en las calles de la ciudad y estar preparados para el temido mes de septiembre, cuando la nieve despejara los pasos.
José Ignacio de la Roza organizó en la provincia de San Juan todo lo necesario para el Cruce de los Andes.
Reconocimiento a la provincia
El general San Martín siempre estuvo muy agradecido al pueblo sanjuanino. En recompensa por sus sacrificios, una vez terminada la guerra obsequió a esta provincia dos trofeos de la Batalla de Chacabuco. Se trataba de dos banderas tomadas a los realistas, una de ellas pertenecía al regimiento de Talavera. Esta bandera fue dejada en custodia en la Iglesia Matriz (luego Catedral), mientras que el otro trofeo se guardó en el Templo de San Agustín. Esta última se perdió al derrumbarse esta vieja iglesia en la inundación de 1833. Por su parte, la Bandera de Talavera fue sacada de San Juan y estuvo durante muchos años en el Museo Histórico Nacional. Gracias a las gestiones de muchos sanjuaninos y de sus representantes, esta insignia, que desde 1990 había sido declarada patrimonio histórico provincial, fue regresada a San Juan en virtud de lo ordenado por una ley del Congreso Nacional, en el año 2000. Desde entonces está en nuestra provincia.
El exilio y la muerte
>En febrero de 1824 San Martín se embarcó a Europa junto a su hija. En abril llegó a Francia, pero allí como en España, no fue bienvenido, por sus antecedentes revolucionarios. Partió luego a Inglaterra, aunque se radicó en Bruselas y finalmente en Francia.
>Vivía con muy pocos recursos. Rivadavia había suspendido la pensión que Buenos Aires acordara a su hija, él no cobraba sueldos de ninguno de los países para los que había servido y sólo recibía la renta de una casa en Buenos Aires. Con ayuda de un amigo de la juventud, pudo comprar la finca de Grand Bourg, donde vivió 14 años.
>En 1829, de incógnito bajo el nombre de José Matorras, viajó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios en la guerra con el Brasil. Cuando llegó, la contienda había terminado y la Confederación estaba sumida en luchas internas. No desembarcó.

>En 1848, con 71 años y ya ciego, se trasladó a Boulogne Sur Mer. Vivía con él su hermano Justo, además de Mercedes con su esposo y dos hijas.
>En sus años de exilio siempre mantuvo correspondencia con sus viejos amigos. Lo visitaban los hijos de sus compañeros de armas, entre otros que deseaban conocerlo. En 1845 recibió a Domingo Faustino Sarmiento.
>José de San Martín murió el 17 de agosto de 1850. Aunque casi no tenía bienes, había redactado un testamento en el que dejaba todas sus posesiones a su hija y una pensión a su hermana. Dispuso que el sable que lo había acompañado en sus campañas fuera entregado a Juan Manuel de Rosas, por sus aciertos en el manejo de la política exterior de la Confederación y de quien recibiera reconocimientos que ningún otro político de la época tuvo con él.
>Prohibió cualquier tipo de funeral y pidió que su corazón descansara en Buenos Aires.
Sus restos fueron repatriados en 1880 y descansan en la Catedral de Buenos Aires.

Aquí descansan los restos del Capitán General José de San Martín
San Martín fallece el 17 de agosto de 1850 en Boulogne Sur Mer, Francia. Inicialmente, sus restos permanecieron en aquel país europeo y, después de varios intentos de repatriarlos, el 29 de mayo de 1880, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, fueron depositados en la Capilla Nuestra Señora de la Paz, ubicada en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
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La Capilla Nuestra Señora de la Paz, donde se encuentra sus restos, está ubicada en la nave derecha del templo, y posee un piso de mosaicos con pequeñísimas estelas que dibujan espinas, clavos y otros motivos, y que se extienden por toda la Catedral. En tanto, el monumento que contiene al Libertador está hecho, casi en su totalidad, en mármol rosado, mientras que la base es de mármol rojo y la lápida de mármol rojo imperial. El sarcófago es de color negro belga.
Los restos de San Martín se encuentran rodeados de tres esculturas femeninas, que representan a cada uno de los países que éste liberó: Argentina, Chile y Perú. Junto a él se hallan las urnas con los restos de los generales Juan Gregorio Las Heras y Tomás Guido y los del Soldado Desconocido de la Independencia.
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En la fachada de la Catedral metropolitana figura la siguiente frase en latín:
BENEDIC HEREDI TATI TUAE
(Bendice a tu heredad)
Fuentes: Enciclopedia visual Fundacion Bataller ● Manual de Historia digital de la Fundación Bataller ● Instituto de Historia Regional y Argentina “Héctor D. Arias”: Nueva historia de San Juan, EFU, San Juan, 1997 ● Mendoza, Edgardo y Monachesi, Claudio: San Martín y el Cruce de los Andes, EFU, San Juan, 2006 ● Peñalosa de Varese y Arias: Historia de San Juan, Editorial Spadoni, Mendoza, 1966● Rojas, Ricardo: El Santo de la Espada, Editorial Losada, Buenos Aires, 1946 ● Videla, Horacio: Historia de San Juan – Tomo III – (Epoca Patria) 1810-1836, Academia del Plata, Universidad Católica de Cuyo, 1972 ● Sitio web del Instituto Nacional Sanmartiniano – Pinacoteca del Instituto Nacional Sanmartiniano