• 18/03/2023

Economía de “fin de ciclo”

Economía de “fin de ciclo”

POR MARCELO DELGADO

Economista

Esta semana se conoció que termina el ciclo de la “corriente de la niña”, que significó una sequía histórica, y se despide con su mayor crueldad, no sólo por las bajas precipitaciones, sino también con altísimas temperaturas. Da la impresión, que en su retirada pretende dejar grabado a fuego su impronta climática. La esperanza, es que la corriente del niño, venga pronto acompañada de la lluvia y nieve, para compensar los efectos devastadores de la niña.

Así, el fin del ciclo climático se registra marcando a fuego, las características de su tiempo. En la economía pasa algo similar. Cuando un sistema, modelo, o programa, va llegando a fin de ciclo, no sólo pierde su eficacia sino se exhiben con mayor crudeza, sus deficiencias y debilidades. Los ciclos económicos, también van acompañados de tiempos políticos, que en definitiva, se marcan y condicionan recíprocamente.

El año 2023, va a despedir la corriente de la niña y con alta probabilidad también, un ciclo de políticas macroeconómicas, neo keynesianas que han resultado insuficientes para palear la pobreza, y al mismo tiempo, ineficaces para resolver los dilemas productivos, la inversión y estabilidad monetaria.

Las políticas económicas intervencionistas llegaron como reacción a las economías neoliberales de los últimos 20 años del siglo pasado, que no solo en argentina, sino en muchos países del mundo agotaron sus bondades, y además quedaron expuestas, por el fenómeno de la globalización económica.
Por ello, muchos países y bloques, como la Unión Económica Europea, comenzaron a proteger sus fronteras, desarrollar políticas de sustitución de importaciones, controlar los flujos de capitales y darle mayor intervención a los estados, en las economías locales.

Las primeras consecuencias, fueron de un mejor estado de bienestar, mayor seguridad y tranquilidad para los agentes económicos, que mejoraban su competitividad interior. En Argentina, luego de la abrupta y violenta salida de la “convertibilidad de Menem – Cavallo”, los primeros efectos, fueron altamente positivos y alentadores.
Pero estas políticas, suelen tener efectos en el mediano y largo plazo, muy doloroso. Las herramientas keynesianas son útiles para periodos cortos, y situaciones agudas, pero requieren sustituirse rápidamente, por instrumentos que favorezcan el flujo de capitales, el intercambio comercial, el desarrollo tecnológico e industrial, y la movilidad de los recursos.

Países como Paraguay, Bolivia, Brasil y en menor medida Uruguay, lo entendieron de este modo, y después de las crisis financiera internacional de 2009, llamada “subprime” fueron abandonando los esquemas neokeynesianos, para equilibrar sus economías, y hoy, a pesar de las pandemia, la guerra y la crisis financiera internacional, pueden mantener equilibrios macroeconómicos, y proyectarse positivamente en los próximos años.

En Argentina, no sólo se ignoró el cambio de ciclo, sino que se exacerbaron las debilidades del modelo. El gobierno de Mauricio Macri, tenía un buen diagnóstico del tema, pero profundizó las debilidades del sistema, combinando lo peor de las políticas keynesianas, con el endeudamiento de las neoliberales. Una nueva oportunidad, llegó de las manos de un moderado Alberto Fernández, con un ministro “nobel”, como Martín Guzmán.

Nuevamente la debilidad en las decisiones, evitó el cambio de ciclo, con las consecuencias que sufrimos hoy. ¿Seremos capaces, de comprender que necesitamos un nuevo ciclo, o vamos a continuar profundizando las consecuencias de un modelo agotado?