Narcos

►En variadas oportunidades he abordado en esta columna el tema del narcotráfico y del narcomenudeo, siempre con sentido crítico y definiendo a la posición del Estado como errática, anárquica, irracional y por lo tanto carente de cualquier signo que permita vislumbrar una estrategia seria y menos aún una política de estado consensuada y con objetivos de corto, mediano y largo plazo.

►La cosa viene, claramente, para peor, pues en el escenario nacional se verifica el juego del pasapelotas entre las fuerzas nacionales y las provincias cuando no el discurso propio de la videopolítica que se atribuye éxitos inexistentes y lanza promesas vacías de contenido.

►Hay que decirlo con todas las letras, no existe en el país ni jamás existió un plan estratégico integral en la materia y por lo tanto venimos perdiendo la lucha por escándalo.

►El narcotráfico avanza a pasos agigantados, dominará, domina territorios, antes se conformaba con corromper funcionarios pronto, ahora? querrá poner sus gobernantes, sus jueces y fiscales, sus policías, es decir ya no funcionarán como un estado paralelo sino que serán los representantes del estado.

►Confieso que saber que hay tanto por hacer, que podría hacerse, y en cambio hay que escuchar lo que se escucha, es para ponerse a llorar.

►Sé que algunos o la mayoría de los que lean esta columna pensaran que tengo una visión apocalíptica de la situación, lamento informarles que no es así, que por el contrario la cosa es bastante peor.