• 20/06/2024

El placer más allá de la juventud

El placer más allá de la juventud

SEXUALIDAD EN ADULTOS MAYORES

El edadismo, esa visión negativa y estereotipada sobre la vejez, incluye también a la vida sexual. Pero ésta, afortunadamente, no se anula ante la presencia de arrugas y canas.

Entender al placer como un derecho sexual significa también pensar en una sexualidad plena para los adultos mayores. Aunque detenerse a aclarar esto puede resultar una obviedad, esta especificación es consecuencia de cierto prejuicio que linkea al goce exclusivamente con la juventud.

 “La sexualidad es una necesidad básica del ser humano y tiene un rol importante en nuestro bienestar y calidad de vida. No tiene nada que ver con la edad. El interés sexual no es algo que desaparece simplemente por cumplir años”, aseguró en una reciente nota publicada en Clarín, Carolina Kralj, médica psiquiatra y máster en Gerontología King’s College London.

Carolina Kralj

“En una sociedad donde atractivo es sinónimo de juventud la persona mayor pareciera quedar despojada de su capacidad de gustar, como asexuada. Queda mucho camino por recorrer a la hora de cambiar nuestra forma de percibir y entender al envejecimiento y de combatir al estigma arraigado a la sexualidad en este grupo etario”, cuestionó la especialista.

Silvana Savoini, psicóloga, sexóloga y coordinadora de la diplomatura de Estudios Avanzados en Sexología y Neurociencias del Centro de Estudios Interdisciplinario de la Universidad Nacional de Rosario dio algunos ejemplos concretos de “la noción de la vejez asexuada y alejada del disfrute”.

Silvana Savoini, psicóloga, sexóloga

“En nuestro país la Ley de Educación Sexual Integral no contempla a los adultos mayores. Orientada al sistema de educación formal, cabe pensar entonces que no considera a los adultos mayores como posibles educandos y, evidentemente, tampoco los contempla como sujetos eróticos”, aseguró.

Por otra parte, Savoini enfatizó que “las políticas de promoción de la salud y de prevención de las enfermedades relacionadas a la sexualidad se orientan a las infancia, adolescencia y adultez joven, vale decir, a las personas en edad fértil. Esto denota el sesgo reproductivista en la concepción de la sexualidad que sigue operando en nuestra sociedad”.

 

“La sexualidad es una necesidad básica del ser humano y tiene un rol importante en nuestro bienestar y calidad de vida. No tiene nada que ver con la edad. No desaparece simplemente por cumplir años”

Como en cualquier aspecto de la vida, cada etapa trae sus particularidades. La sexualidad no queda exenta de ello (y esto no abarca solamente a las relaciones sexuales ni a la mirada

Según Savoini, “si bien la respuesta sexual humana sufre modificaciones asociadas a la edad, acorde a las variaciones fisiológicas que acompañan la declinación general de las funciones orgánicas, esto de ninguna manera significa que se extinga la posibilidad de disfrutar del placer sexual”.

En la misma línea, Kralj aclaró que “según la OMS, la sexualidad no sólo contempla la relación sexual, sino que también abarca la intimidad y el placer. Aunque en general se tienda a la invisibilización de la sexualidad en la vejez, durante esa etapa incluso existen algunos cambios que favorecen al erotismo.

Savoini resaltó que “es esperable que se disponga de más tiempo libre, particularmente a partir de la jubilación y, a su vez, para quienes han desarrollado un proyecto de familia, es una etapa en la que los hijos se han independizado y las personas (estando solas o en pareja) recuperan entonces no sólo tiempo, sino también espacios de privacidad”.

No sólo eso: “Para las mujeres, el fin de la fertilidad con el advenimiento de la menopausia inaugura una etapa de la vida liberada de la preocupación por los embarazos inesperados, lo cual para muchas significa un auténtico pase a la potenciación del placer. Por eso solemos escuchar la expresión ‘se cierra la fábrica y se abre el parque de diversiones‘”.

 

La vida sexual de los adultos mayores se enfrenta a una situación que cada cual sorteará según sus posibilidades: el resultado entre el choque de la expectativa y la realidad dependerá de numerosas individualidades.

“Para algunas personas es más difícil que para otras aceptar los cambios que suceden con el envejecimiento, incluso en lo que a la sexualidad respecta”, señaló Kralf.

En ese sentido, detalló que, de la mano de lo estrictamente fisiológico, “la presencia de otros problemas comunes en esta etapa, como por ejemplo enfermedades mentales, como la depresión, enfermedades crónicas, discapacidades, el uso de medicación, situaciones de crisis vitales como el duelo o la jubilación, entre otros, también pueden influir sobre el funcionamiento sexual y el deseo”.

“Para algunas personas es más difícil que para otras aceptar los cambios que suceden con el envejecimiento, incluso en lo que a la sexualidad respecta”

 

Sin embargo, enfatizó que esto no es una regla ni sucede siempre y que hay alternativas para enfrentar estos obstáculos.

En tanto, Savoini se refirió al impacto que generan los cambios corporales y a la necesidad de elaborar el duelo por aquella imagen que no volveremos a hallar en el espejo.

“La aceptación nos habilita a que emocionalmente acompañemos esas transformaciones. El problema es sortear los mandatos sociales de eterna juventud asociados a las pautas culturales de belleza según las cuales, si no somos jóvenes, delgados y esbeltos, no somos deseables ni tenemos derecho a ser deseantes”.

Para vivir la sexualidad

Para vivir una sexualidad plena en esta etapa, Silvana Savoini recomendó:

  • Saber que el placer sexual es uno de los derechos sexuales universales, con vigencia a lo largo de toda la vida.
  • Tener en cuenta que la respuesta sexual se modifica y que debemos conocer esas modificaciones para hacer los ajustes necesarios en nuestras prácticas sexuales, de manera de no patologizar los cambios.
  • Comprender que el erotismo es viable hasta el último de nuestros días. El deseo, la atracción, el amor e incluso el enamoramiento no tienen límites de edad. La erótica trasciende la genitalidad, la sensualidad abarca cada centímetro de nuestra piel y se enciende más por las ideas que por las hormonas.
  • Es fundamental poder hablar sobre nuestra sexualidad sin temor ni restricciones.
  • Romper con antiguos mandatos sociales y familiares donde, frecuentemente, la sexualidad era más bien oculta y condenada.
  • Para poder disfrutar de una sexualidad plena en esta etapa lo primero que necesitamos es ser libres.

FUENTE: Clarín