- 18/08/2024
CRIS MIRÓ

La primera mujer trans que se convirtió en un ícono del espectáculo
Dueña de una despampanante figura y una melena azabache larguísima, Cris comenzó pisando fuerte en el espectáculo como si se tratara de una versión criolla de las Supermodelos. Pero su destino no serían las pasarelas si no el teatro de revistas con sus plumas y su desparpajo.
Y si en esos años 90 el universo de las mujeres trans y las travestis era recién descubierto por el público masivo, junto a ellas aparecía un rosario de prejuicios, chistes de dudoso gusto o simple malicia a la hora de presentarlas. Cris Miró, al ser la primera, padeció todos ellos y con elegancia supo librarse.

Cris Miró nació el 16 de septiembre de 1965 en el barrio de Belgrano. Fue hija del matrimonio conformado por Esteban Virgues e Hilda de Virgues, y hermana menor de Esteban.
Miró fue afeminado desde muy pequeño. Su hermano Esteban Virguez describió la infancia de Miró cuando era un niño: “Cris que desde que nació era diferente, desde muy chiquitito era afeminado, no le gustaba el fútbol, jugaba con muñecas y mi papá era el típico macho de esas épocas y Cris era como una nena, cuando íbamos caminando por la calle siempre la confundían con una nena. En esas épocas a nosotros nos avergonzaba, de alguna manera mi papá y yo tratábamos de ocultarlo. Mi mamá no, Cris se identificaba con mi mamá, veía los zapatos, los vestidos. A nosotros nos molestaba.”
Cursó el colegio primario en una escuela mixta que estaba enfrente de su casa, en el barrio de Belgrano, pero cuando entró al colegio secundario, ingresó a un colegio al que sólo concurrían varones.
Luego de terminar la secundaria, Miró comenzó a estudiar odontología en la Universidad de Buenos Aires, y en paralelo, tomó clases de baile en la academia de Julio Bocca y actuación con Alejandra Boero.
En 1991 formó parte del elenco de la película Dios los cría (un ámbito familiar), de Fernando Ayala. Luego, interpretó a la Mujer Rata en La Peste, de Luis Puenzo.
En 1995, cuando estaba por irse a Bolivia tentada por propuestas de trabajo, fue convocada por el productor Lino Patalano para sumarse al espectáculo Viva La Revista en el Teatro Maipo. Desde ese momento, su popularidad no dejó de crecer.
«A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento. Yo soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás, yo lo vivo de una sola manera.»
Tomó clases de baile en la escuela de Julio Bocca, Maximiliano Guerra, y de teatro con Alejandra Boero, luego vinieron sus temporadas con espectáculos como Más locas que una vaca, o Más pinas que las gallutas, en ambas con dirección de Hugo Sofovich, junto a Emilio Disi, Tristán, Fabián Gianola y Mónica Guido, entre otros.
A finales de la década de 1980, Miró conoció a la directora de teatro Jorgelina Belardo en Bunker, un popular club gay en Buenos Aires, quien le pidió que se uniera a un grupo de producción teatral que Belardo había formado con Juanito Belmonte. Belardo se convirtió en la amiga cercana y directora artística de Miró, mientras que Belmonte trabajaba como su agente de prensa.
Trabajando con ellos, Miró hizo su debut en el teatro alternativo con las obras Fragmentos del infierno—basada en un texto de Antonin Artaud—y Orgasmo apocalíptico, que se centraba en temas de sexualidad de manera más explícita. Antes de su carrera como vedette, Miró apareció en las películas de Fernando Ayala Dios los cría (1991) y La peste (1992) de Luis Puenzo, basada en la novela del mismo nombre de Albert Camus.
“Cuando era más chica, como en la adolescencia, tenía en mente operarme. Después fui conociendo un poco más de mí y de las posibilidades que da la vida y ahora estoy bien con mi cuerpo, con mis amigos y con mi familia. No tengo esa idea”, contestaba, acerca de si pensaba en una operación de reasignación genital, mientras la batería de preguntas abundaba en qué tenía debajo de su vestido, si era hombre o mujer o si había votado en mesa masculina o femenina. Comentarios cotidianos y celebrados en una sociedad previa a la Ley de Identidad de Género.
“Lo importante es ser felices con las distintas posibilidades que nos da la vida. No tener cosas negadas y disfrutar de todo”, decía, con la boca roja y el pelo rizado, salvaje, sobre sus formas de placer y de amar.

Un momento muy especial
Para contextualizar lo que significó en su momento Cris Miró debemos decir que eran los años 90. La Argentina todavía se estaba sacudiendo las cenizas de los años de la dictadura. En ese clima de época emergió Cris Miró, la primera vedette trans que fue la obsesión de un país. A casi 25 años de su muerte, la gente vuelve a hablar de la actriz por la publicidad que rodeo Cris Miró (Ella), serie biográfica de TNT y Flow que pone la lupa en su historia, su impacto y el legado que dejó.
Su paso televisivo es un muestrario de la pantalla chica de la década. De un sketch con Antonio Gasalla en El Palacio de la Risa a una entrevista con El Insoportable que hacían José María Listorti y Diego Pérez en Videomatch. Hipnotizada por Tusam en el show de Susana Giménez y hablando de sus problemas de salud con Carmen Barbieri en Movete. Celebrando la derogación de los edictos policiales que penaban con cárcel a quien se exhiba en lugares públicos “vestidos o disfrazados con ropas del sexo contrario”, mientras mojaba vainillas en leche con la Negra Vernaci y Claudia Fontán en Ninfómanas.
“Un día me presenté en una discoteque para hacer un ‘strip’ y creyeron que iba a ser integral. Cayó la policía”, recordaba con Gasalla, en su personaje de Flora, la recepcionista de la Casa Rosada. “¿La han llevado a usted mucho presa?”, indagaba el humorista. “No, no me llevaron. Cayeron para ver”, deslizó, con una sutil mirada cómplice a la cámara. “Parece que el desnudo total no se puede. Yo no estaba enterada”, comentaba.
La muerte de Cris según su hermano
El primero de junio de 1999 Cris Miró moría a los 33 años por un linfoma, informaban los medios, pero por lo bajo, se hablaba de VIH. La actriz había elegido no cargar con ese estigma, que estaba muy presente todavía en aquellos años y que aún continúa.
“¡Como siempre, yo fui el primero en enterarme! La primera vez que se internó fue en el Hospital Fernández, estaba con tos, tenía una afección respiratoria, la prensa preguntaba qué pasaba con Cris Miró y ella me contó a puertas cerradas que era HIV positivo y que no quería que nadie se enterara”, recordaba Esteban Virguez, hermano de Cris en una entrevista con Franco Torchia en Página 12 en 2019.
“La asociación entre HIV y homosexualidad era un mazazo frente a lo que estaba construyendo y me pidió que no lo dijera, sobre todo por mi mamá. Decía que había medicamentos, que se iba a mejorar y que cuando lo superara tal vez lo iba a hacer público”, contó Esteban, que es un reconocido médico oftalmólogo, sobre la fugaz vida de su hermana menor.
“Quedó tapado por mucho tiempo, no lo supo nadie, porque si yo no lo decía nadie lo sabía. Lo guardé hasta que hablé con Carlos Santo, autor de Hembra, la biografía de Cris que fue publicada en 2016”, rememoró, sobre su testimonio en el libro en el que se basa la biopic.

Como se identificaba Cris Miró
Miró se identificaba como travesti, un término vagamente definido utilizado en los países de América del Sur para designar a personas que han sido asignadas como varón al nacer, pero que desarrollan una identidad de género de acuerdo con diferentes expresiones de feminidad.
Miró a veces es referida retrospectivamente como una transexual o mujer trans. Según el biógrafo Carlos Sanzol, Miró se identificaba como mujer.
La vedette le dijo a Mirtha Legrand en 1995: «Genéticamente nací como hombre, pero elijo y vivo como mujer y eso es lo más importante».
En un informe televisivo de 1996 para Chiche Gelblung, Miró explicó su identidad de género: «Tengo totalmente claro que biológicamente nací hombre. No quiero ser mujer, estoy totalmente bien con mi estatus de travesti. Pero no creo que soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. No, soy quien soy y de esta manera soy feliz». Otra declaración citada con frecuencia de Miró fue:
“A pesar de que nací con un cierto sexo, lo que significa que tengo documentos con un nombre y género masculino, lo más importante es lo que siento. Soy solo una persona, y eso es lo que me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás. Yo lo vivo de una sola manera.”

Cris y Maradona
Un rumor persistente afirma que Miró estuvo románticamente involucrada con su amigo cercano Diego Armando Maradona, aunque esto nunca fue confirmado.
La vedette travesti pionera Vanessa Show declaró en 2019: «Yo solía depilar a Cris Miró. Su teléfono no paraba. A veces le pedía que lo apagara un poco porque no podía trabajar. En un momento lo encendió y él la estaba llamando. Esto fue en los ’90. ‘¿Cómo está Vanessa?’, dijo y escuché. ‘¿Cómo está quedando?’, me preguntó y respondí ‘muy bien.’ Era vox populi que ella estaba con Maradona. Hay gays y no gays a los que les gustan los travestis en todos los ámbitos de la vida. En todas partes.»

Su retrato en la Casa Rosada
Con el paso de los años la figura de Miró fue revaluada y se volvió muy apreciada para diversos críticos culturales. Esto, sumado a la creciente popularidad e influencia de nuevas artistas trans que siguieron el camino del estrellato marcado por Miró (como en el caso de Flor de la V) llevó a que la misma se convierta en un símbolo de la década de 1990 en Argentina, además de sex symbol y uno de los íconos más recordados de esa época.
Actualmente su retrato forma parte de la exposición de retratos fotográficos «Iconos Argentinos», sobre figuras históricas y culturales de la Argentina, los cuales fueron realizadas por Gianni Mestichelli y son presentadas en el Museo Casa Rosada.
Un libro y una serie
Después de ganar popularidad como vedette, Miró se convirtió en una sensación mediática nacional por los aspectos percibidos de transgresión de género de su imagen y es considerada un símbolo de la era postmoderna en Argentina.
Como la primera travesti argentina en convertirse en una celebridad nacional, ha sido considerada la «primera ícono trans del país».
La presencia de Miró significó un cambio en el mundo del espectáculo argentino de la época y popularizó los actos de travestis y cross-dressing en la escena teatral de revista de Buenos Aires.
Como tal, se la considera un símbolo del entorno social de la Argentina de los años 1990 y un ícono de la década.
Este año se estrenó en los canales TNT y Flow la serie televisiva Cris Miró (Ella), dirigida por Martín Vatenberg y Javier van de Couter, y coescrita por Lucas Bianchini. El papel de Cris Miró es interpretado por la actriz española Mina Serrano.
La serie está basada en la novela Hembra, Cris Miró: vivir y morir en un país de machos de Carlos Sanzol.

Un largo camino
Antes de Cris había estado Vanessa Show, también vedette y redescubierta por su lengua picante en las generaciones posteriores como panelista de Bendita y material viral de las redes. Después de Cris llegó Florencia de la Ve que pudo seguir abriendo puertas en la TV con su rol en la comedia Los Roldán y como conductora de La Pelu y, estos últimos años,desde Intrusos además de su éxito en temporadas teatrales en giras por todo el país.
Lizy Tagliani, con su humor, pasó de ser una espectadora divertida en la tribuna del Bailando de Marcelo Tinelli a convertirse en una comediante convocante de la calle Corrientes, conductora radial de un ciclo en el prime time de las FM, animadora de formatos internacionales como Got Talent Argentina y ponerse al frente en La Peña de Morfi.
Diana Zurco haciendo historia como la primera conductora trans en ser presentadora de un noticiero nacional, hoy despedida de la edición central de la TV Pública.
Siguieron otros casos como Costa, Mariana A, Mariana Genesio Peña, Romina Escobar, Valeria Licciardi, Payuca, Susy Shock, Carolina Unrein y tantas más.