• 29/09/2024

Bien visto

Bien visto

POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS

Hace poco escribí sobre mis columnas y conté que mi abuelita decía que debían ser como las minifaldas. Es decir, suficientemente largas como para «cubrir el tema». Y es cierto; pero no es todo.  Porque es imprescindible que estén bien condimentadas por la excelente ilustración que siempre me regala el mejor dibujante del mundo. Mi admirado Miguel Camporro.

Con los consejos de mi abuelita y la maestría de Miguel, hasta las zonceras que escribo, logran interesar, o por lo menos verse digeribles.     Algo parecido ocurre con las personas.  Algunas no son lindas, ni inteligentes, ni ricas, pero sin embargo, agradan. 

No enloquecen, pero agradan. 

Son personas comunes, normales que están bien vestidas, que no hablan tonteras, que tienen lindos modos y que te miran a la cara cuando hablan. Es decir, que son personas comunes que están bien presentadas y sus medidas virtudes se aprecian y sus defectos callan con discreción.   

Vemos, entonces, una agradable presencia.

Es como ralear un racimo, sacando los granos defectuosos, dejando ver fácil los lindos: es habilidad que la vida nos enseña y que algunos aplican, aún sin darse cuenta.